Era extraño que la semielfa se
quedase, sobre todo debido a que no podía respirar bajo el agua. En la aldea no
había ninguna casa de huéspedes preparada, así que antes de marcharse, Lady
tuvo que hacer una pequeña reforma cerca de la casa de Niyati, pues Alex decía
querer seguir explorando el templo y los alrededores, con suerte encontraría
algo más para ayudar a su amiga maga.
Era extraño para Niyati volver a
vivir cerca de alguien y los nervios la invadían por las noches ¿Qué pasaría si
volvía a explotar? ¿Y si con los años su poder había aumentado y ahora era
capaz de llegar hasta ahí y matarla? Tantos años evitando que los exploradores
quedasen empalados en las trampas del templo subacuático para terminar matando
a una simplemente por tener una pesadilla.
Alexandra veía el nerviosismo de
Niyati, pero malentendía su causa. Sonreía al ver la timidez de la ondina cada
noche cuando se separaban para ir cada una a su casa y no podía evitar
enternecerse al notar que, lo primero que hacía la joven de piel azul al
despertar, era mirar por su ventana, buscándola.
Los días pasaban mientras ambas
recorrían todos los lugares cercanos, siempre con Mihu en forma de pez para
transportar a la semielfa, mientras Niyati nadaba cerca ellos, jugando con las
corrientes unos pasos por delante, asegurándose de mantener las distancias,
incómoda y desconcertada por las sensaciones que sentía al ver a Alex
sonreírle.
—Oye,
¿necesitas estar bajo el agua para poder respirar? — preguntó Alex mientras
ambas revisaban las paredes de pequeña habitación, llenas de antiguas lenguas y
simbologías extrañas que intentaban descifrar.
Niyati soltó una carcajada,
habituada ya a esa pregunta.
—Todos
preguntáis lo mismo. No, puedo vivir fuera del agua, pero mi piel se seca más
que las vuestras, así que debo rehidratarla o bañarme con más asiduidad, así
que ¿qué mejor que vivir bajo el agua?
—Pero
¿y todo lo que te pierdes por vivir aquí?
Alex no podía evitar pensar con
nostalgia en los grandes bosques de Yewos, en la maravilla de ver el cambio de
color de las hojas y escuchar el silbido del viento entre ellas.
—Creo
que todavía no has visto suficiente de lo que hay aquí abajo como para decir
que me estoy “perdiendo” cosas — contestó Niyati, molesta ante la
condescendencia que siempre parecían tener los de tierra.
—¿Segura? — la ondina afirmó con la cabeza — Entonces, ¿me enseñas las maravillas de aquí abajo?, y, antes de que lo preguntes, sí, es una cita.
—¿Segura? — la ondina afirmó con la cabeza — Entonces, ¿me enseñas las maravillas de aquí abajo?, y, antes de que lo preguntes, sí, es una cita.
Las palabras murieron en la
garganta de Niyati, quien miraba a Alex ojiplática mientras notaba cómo la
sangre subía hacia sus mejillas y la parte superior de sus orejas.
—Eres adorable — dijo la semielfa, acariciándole la mejilla con su única mano antes de volverse a seguir investigando.
A la mañana siguiente Alex ya
estaba fuera cuando Niyati salió de casa. Había cambiado su ropa habitual por
los típicos ropajes de la gente del agua. Las translúcidas telas se movían
alrededor de su cuerpo, mostrando y ocultando partes de su piel con cada
ondulación. Era extraño verla sin sus pantalones de cuero y su top, pero Niyati
tenía que aceptar que esta ropa tampoco le sentaba mal. La ondina paseó la
mirada por el cuerpo de Alex, sorprendida por el cambio de look y por no ver
ningún tatuaje en su piel. Se había acostumbrado a que todos los que llegaban
hasta allí eran magos o, como mínimo, tenían algún tatuaje de anwashi aunque se
debiese a temas religiosos. Pese a ello, un brazalete brillaba en su muñeca
izquierda, demostrando que el hechizo que le permitía respirar bajo el agua
seguía funcionando.
Un carraspeo la sacó de los
pensamientos. Alexandra la miraba con una sonrisa ladeada.
—¿Ya has dejado de comerme con la mirada?
Niyati se sobresaltó, avergonzada
de haber sido pillada. Sacudió la cabeza mientras amarraba un par de bolsas al
lomo de Mihu, sin contestar.
—Sube — dijo mientras ella misma subía de un salto al gigantesco pez de colores que era Mihu. — Nos queda un camino largo por delante.
—¿No nadarás? — preguntó Alex mientras subía tras ella
—Las corrientes son traicioneras por allí, es mejor ir así, pero si te molesta, puedo bajarme.
—No, no es necesario— dijo la semielfa mientras pasabalas manos alrededor de la cintura de Niyati con la excusa de sujetarse.
Mihu nadó durante horas entre
bosques de algas y arrecifes de corales hasta que empezó a descender por una
profunda gruta por la que apenas cabía. Alexandra se removió nerviosa al sentir
la proximidad de las paredes de piedra, así como la creciente oscuridad a la
que parecían dirigirse, preguntándose qué clase de lugar era ese. Mientras
tanto, Niyati sonreía, notando el nerviosismo de su acompañante. Hacía mucho
tiempo que no iba allí, pero siempre había sido su lugar favorito.

La grieta pareció abrirse a un
claro repleto de esos peces, algunos de mayor tamaño que nadaban con
tranquilidad. En el centro, un gran árbol movía sus hojas con el vaivén de las
suaves corrientes que atravesaban el claro, como si fuese una brisa
subacuática. Los peces jugaban entre sus ramas, llenándolo de luces danzantes.
—Bienvenida al árbol sagrado de Aktha’ha— dijo Niyati, bajando del lomo de Mihu introduciéndose en una de las corrientes del claro.
Alexandra la miraba como un
espectáculo etéreo e inalcanzable, mientras los pequeños peces luminiscentes la
rodeaban y jugaban con ella, cruzando por su pelo y envolviendo su cuerpo como
si de un traje se tratase. Los pequeños
seres parecieron leerle la mente y lo que hasta ahora era un simple torbellino
de luces se transformó en un banco de peces que imitaban un vestido de novia,
de cola larga y entallado al cuerpo de la ondina. Esta sonrió, confundida y
divertida al mismo tiempo, mientras le extendía una mano a Alex, quien parecía
haberse quedado sin palabras.
—¿Vienes?
—¿Contigo? Llévame donde quieras — las palabras salieron de su boca antes de que pudiese darse cuenta de ello, mientras imaginaba como sería estar en el altar, con Niyati caminando hacia ella con ese vestido hecho realidad.
Normas y bases del OrigiReto2019:
Objetivo: 16. Escribe un relato que transcurra al completo bajo el agua
Objetos ocultos:
- 32. Un árbol sagrado
- 26. Un vestido de novia
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