No había candado, pestillo o
siquiera un pomo que mantuviese la puerta cerrada, pero aun así nadie salía de
la habitación. El rasgar de la guitarra y la voz de aquel joven transportaba a
pequeños y mayores muy lejos, a un lugar donde la luz no desaparecía por días,
donde comer nunca era una preocupación porque no faltaba la comida. Los acordes
mecían sus sueños con caricias y, mientras las notas permaneciesen en el aire, evadiéndoles
de la realidad en la que vivían.
No le hacía falta abrir los ojos
para percibir las sonrisas y miradas curiosas de los más pequeños, vecinos de
todo el pueblo que se reunían para escucharle cantar y, algunos aventureros,
acompañarle con sus voces blancas. Cinco días estuvo el joven músico
acompañando la guitarra, contando miles de historias que les transportaban
lejos.
Desapareció con la llegada de la
luz, nadie volvió a saber de él, ni siquiera supieron su nombre, pero nunca
olvidarían al chico de la guitarra que, con su música, les salvó del infierno.
Normas y bases del OrigiReto2019:
Objetivo:
3.Utiliza la música como elemento central de la historia
Objeto:
31. Un candado
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